No es necesario que seas un amante de la playa para que te enamores de Costa Rica pero teniendo en cuenta que Costa Rica tiene casi 300 playas a lo largo de sus costas, desde luego ayuda. Personas de todo el mundo acuden durante la época seca (de noviembre a abril) a visitar y disfrutar del surf, de la naturaleza y del sol de este país tropical de Centroamérica.
Playa Santa Teresa, Puntarenas
A pesar del aumento del turismo que ha sufrido la Península
de Nicoya últimamente, la playa Santa Teresa sigue teniendo ese carácter rural
y sencillo. Aquí aún puedes encontrar a los “ticos” (así llaman a los naturales
de Costa Rica cariñosamente) echando la red de arrastre en la playa y haciendo
unas brasas donde asar la captura del día y vendérsela a los turistas
hambrientos.
El viento constante de esta playa convierte a Santa Teresa
en uno de los mejores lugares de Centroamérica para practicar surf. Y si las
olas son demasiado bravas para ti, te proponemos otra “salvaje” actividad.
Siéntete como Tarzán y paséate por la jungla que rodea a la playa, yendo de
liana en liana.
La maravillosa playa Naranjo en el noroeste de Costa Rica
No encontrarás una playa de arena más blanca que esta que
estás viendo: playa Naranjo, o también conocida como la perla del golfo de
Papagayo.
Ubicada en el noroeste de la provincia de Guanacaste, cerca
de la ciudad de Liberia, esta playa escondida es el lugar ideal si quieres
escapar del mundanal ruido y reencontrarte con la Madre Tierra.
Y justo detrás de la playa, te espera el atractivo parque
nacional de Santa Rosa. Creado en 1791, es la zona natural protegida más
antigua del país. Aquí podrás descubrir este ecosistema único del norte de
Costa Rica y también la abundante flora tropical, los pájaros y los perezosos
que habitan en este parque…
¡Y aún hay más! Como no hay hoteles en estos lares, si
quieres venir a descubrir todas estas maravillas, tendrás que plantar la tienda
de campaña en una de las zonas de acampada, estupendamente equipadas, que tiene
el parque.
Parque nacional Manuel Antonio, Puntarenas
Un pequeño grupo de turistas en busca de sol se relaja y se
baña en la playa Manuel Antonio, Costa Rica.
Una de las zonas protegidas más pequeñas, pero a la vez más
bonitas de Costa Rica, que no solo cuenta con una playa, sino con cuatro:
Espadilla Sur, Manuel Antonio, Escondido y Playita.
El parque está situado a tan solo unas horas del aeropuerto
de San Jose y es una de las zonas
turísticas más importantes. Las visitas al parque están limitadas: solo pueden
entrar 600 personas los días laborables y 800, los festivos. Gracias a esto la
fauna salvaje, que incluye iguanas, perezosos y los monos ardilla en peligro de
extinción, puede vivir en relativo aislamiento. Además las playas tampoco
tienen que sufrir las hordas de bañistas.
Un consejillo más: por la noche, haz la excursión en quad de
7 kilómetros a lo largo de la costa norte y visita el bullicioso pueblo de
Quepos, donde encontrarás los mejores bares y restaurantes de playa de Costa
Rica.
Playa Avellana, Guanacaste
Un grupo de surfistas se prepara para meterse en el océano.
Lo importante de esta playa no son las olas de seis metros,
sino la leyenda de una cerda de 400 kilos llamada Lola.
Esta cerdita fue en su día la estrella de esta preciosa
playa en Guanacaste y la puedes encontrar descansando al lado del chiringuito
Lolas, paseándose por la escuela de surf o bañándose en las en las cristalinas aguas
de playa Avellana.
Aunque la auténtica Lola ya murió, ahora siempre hay una
reina cerdita que la sustituye y le da un toque excéntrico a la playa de
Avellana, pero eso sí, el animalito ayuda a crear un ambiente divertido y muy
enternecedor.
Resumiendo, es la playa con la gente más simpática de Costa
Rica. Únete a los surfistas, a los extranjeros que han acabado viviendo aquí y
a los turistas que están de paso y buscan el sol, que siempre luce en esta zona
de la Costa Dorada.
Islas Catalina
Un hombre haciendo esnórquel en el arrecife de coral de las
Islas Catalina.
El arrecife de coral de las Islas Catalina.
A solo 30 minutos en barco desde Flamingo, las 20 islas que
forman el archipiélago de las Islas Catalina son algo más que playas bonitas.
El oleaje suave que baña las costas escarpadas de las islas es ideal para
bucear. La gente viene hasta aquí para sumergirse y descubrir qué esconden las
cristalinas aguas azules del océano.
En esta fauna marina que habita el arrecife de coral podrás
encontrar de todo: barracudas, coloridos peces, enormes mantas gigantes y
tiburones tigre.
Y si vuelves a la superficie, en las Islas Catalina podrás
disfrutar de playas de arena vírgenes y playas de piedra ideales para realizar
caminatas. Y no te pierdas las cientos de tortugas marinas que acuden a estas
costas a poner sus huevos.
Puerto Viejo, Limón
Un hombre a caballo en la desierta playa de Cocles.
¿En qué lugar puedes relajarte por la mañana en la playa,
realizar una visita a una plantacion de chocolate a mediodía, explorar la fauna por la tarde,
dar un paseo a caballo mientras se pone el sol e irte de marcha en chanclas por
la noche? Todo eso solo puedes hacerlo en un sitio: en Puerto Viejo.
En la zona oriental de Costa Rica llueve mucho más, por eso
la vegetación es muy frondosa. Puedes comprobarlo tú mismo en los Parques
nacionales de Cahuita y Manzanillo que limitan con la línea de costa.
Por supuesto, las playas son de arena blanca y de aguas
templadas, las olas, de seis metros, perfectas para hacer surf, pero lo mejor
de Puerto Viejo son sus gentes. Los habitantes son afrocaribeños, indios, ticos
y los indígenas Bribri. Todos viven en armonía y comparten el amor por esta
tierra que es su hogar.
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